La
tuna, hijas del nopal, fruta peligrosa protegida por espinas horrorosas. Es mi preferida porque endulza el
alma y hasta el corazón.
Agarro
con precaución el fruto para evitar espinarme y con un cuchillo corto los
extremos, por la parte superior hago un corte vertical y así mis temerosos
dedos logran retirar la cáscara. Ahora si puedo deleitarme con su delicioso,
jugoso y refrescante sabor.
Cuando
como la fruta me trae recuerdos de la niñez y las vacaciones en Zacatecas, ya
que en ese Estado conocí el fruto, siempre que salía a la calle a jugar miraba
tunas escondidas detrás de nopales, con temor a ser devoradas.
Es
por eso que cuando como tunas se me viene a la memoria mi familia y el rancho
donde pase mis vacaciones haciendo travesuras.